El conocimiento es clave en el instante preciso. Aprecia lo que otros investigan para comprender las leyes de la realidad y obtiene resultados con ello. Todo tiene un inicio y un fin. Es una lucha contrarreloj por obtener lo máximo de esta existencia, aún los puestos más elevados en los ecos de la eternidad. Hay riesgos, heridas de las que protegernos. Y en eso el conocimiento ayuda. Fomenta la defensa, pero también los modales exquisitos con los que distinguirse por encima de los rivales de forma educada y respetuosa, maximizando beneficios y minimizando riesgos a través de la sofisticación y excelencia sin perder de vista el valor humano. Cuando poseen ignorancia los avergüenza y toma dominio emocional sobre ellos, y si aceptan, los adiestra en la visión y el camino poniéndolos de su lado. Pues la astucia también es una virtud de la que hace gala. Y despide a aquellos que no se molestan en adquirir conocimiento y aportar riqueza, y aun por encima nos atacan.
Personas más inteligentes compiten con él, pero es sencillo hacer que le obedezcan. El dominio es superior a la inteligencia. Gran parte de la sociedad carece de la suficiente ambición, son manipulables. Dominando el concepto que los demás tienen de la realidad se reeduca su entendimiento y comportamiento. Genera una mitología personal a base de éxitos que lo diviniza dándole una invulnerabilidad que nadie se atreve a enfrentar. Esta aura produce un efecto en la gente que hace que le respeten, aprecien, valoren y teman llevarle la contraria, al revés, desean aprender de él. Son rivales sometidos por propia voluntad, con entendimiento vulgar y menor capacidad que intentan superarlo. Y pueden hacerlo, y el egoísta sano se deja superar siempre y cuando hagan las cosas mejor que él. Y los que no, sirven como trabajadores y creativos dirigidos y premiados adecuadamente. Su visión es la superior. Hace cosas por las personas y para su propio beneficio, y quedan bajo su servicio manteniendo el control, porque es el que más tiene, el que más da y el que más recibe. Y enriquece sus vidas activando su energía para poner en funcionamiento los engranajes de la maquinaria social y personal de sus vidas, que se llenan de motivación y logro.