De lo que yo me arrepiento es de no hacer caso al instinto. Eso que te dice que algo no va bien o que falla. Yo suelo excusarlo con justificaciones, o bien con un voy a dar una oportunidad, aprenderá cosas, se dará cuenta, realmente no es así sino causa de experiencias del pasado que terminará comprendiendo. Pero con la mayoría de la gente eso no es así, no suelen cambiar, y los que cambian son porque tienen una predisposición abierta hacia el cambio. LA gente que se enorgullece de ser como es y punto, se resiste a todo cambio, y se resiste mucho más si te implicas en mostrarle otras vías. Piensan: «Este tío intenta manipularme para llevarme a su huerto», y se endurecen en contra de ti, aún por encima. No merece la pena, hay que discernir entre quienes están preparados para progresar e incorporar nuevos modelos y patrones en sus vidas, y quienes están oxidados y gripados y no.