069. «Estrategias Reproductivas Opuestas: La Diferencia entre Hombres y Mujeres».

1. Estrategias reproductivas opuestas entre hombres y mujeres

La atracción entre hombres y mujeres tiene un objetivo fundamental: garantizar el mayor número de excelentes descendientes en el presente y en el futuro. Sin embargo, las estrategias reproductivas de ambos sexos son opuestas.

Por un lado, los hombres tienen una estrategia reproductiva promiscua. Esto se debe a que el coste de rellenar un «cupón» (tener un hijo) es relativamente bajo para ellos. En otras palabras, el esfuerzo y los recursos que un hombre necesita para tener un hijo son mínimos en comparación con los beneficios que obtiene. Al tener múltiples hijos con diferentes mujeres, un hombre aumenta sus posibilidades de tener descendientes que sobrevivan y se reproduzcan.

Por otro lado, las mujeres tienen una estrategia reproductiva más selectiva. El coste de rellenar un «cupón» es mucho más alto para ellas, ya que cada embarazo y cada hijo requiere una gran inversión de tiempo, energía y recursos. Además, las mujeres tienen un período de fertilidad limitado, lo que las lleva a ser más cuidadosas en su selección de pareja.

2. El coste de la promiscuidad para las mujeres

La promiscuidad puede ser riesgosa para las mujeres. Cada relación sexual puede llevar a un embarazo, lo que implica un año de incapacidad reproductiva y un riesgo para su supervivencia. Además, la inversión de tiempo y energía en el cuidado del niño también es mayor para las mujeres.

En el pasado, la promiscuidad femenina podía tener consecuencias graves, como la muerte en el parto o la pérdida de la capacidad reproductiva. Además, la promiscuidad también podía llevar a la exclusión social y la pérdida de estatus.

3. La selección natural y la promiscuidad femenina

La selección natural favorece a las mujeres que son más selectivas en sus parejas y maximizan las posibles ganancias y minimizan los riesgos de cada relación sexual. Las mujeres que practican sexo indiscriminado no están garantizando el mayor número de excelentes descendientes.

En cambio, las mujeres que son más selectivas en sus parejas tienen más posibilidades de tener hijos con buenos genes, que sean capaces de sobrevivir y reproducirse. Esto se debe a que la selección natural favorece a los individuos que tienen características que les permiten sobrevivir y reproducirse en su entorno.

4. La estrategia reproductiva femenina

Las mujeres buscan tres cosas en un hombre: buenos genes, estatus o capacidad para ofrecerles una posición ventajosa, y protección y asistencia. Estas características son fundamentales para la supervivencia y el éxito de sus hijos.

La descalificación es más importante que la selección, ya que un error en la selección puede llevar a un costoso golpe a sus genes. Las mujeres tienen que ser cuidadosas en su selección de pareja, ya que un mal compañero puede llevar a la pérdida de recursos y la disminución de la calidad de vida.

5. Sociedades monógamas

El advenimiento de sociedades monógamas ha llevado a algunos hombres a adoptar la misma estrategia de selección reproductiva que las mujeres. La monogamia garantiza que la descendencia sea lo más apta para la supervivencia posible y permite a los hombres proteger y formar a su progenie para el desempeño en sociedades civilizadas y complejas.

En las sociedades monógamas, los hombres también tienen que ser selectivos en su elección de pareja, ya que la calidad de su descendencia depende de la calidad de su compañera. Esto ha llevado a una mayor igualdad entre hombres y mujeres en cuanto a la selección de pareja y la estrategia reproductiva.

En resumen, las estrategias reproductivas de hombres y mujeres son opuestas debido a las diferencias en el coste y los beneficios de la reproducción. Las mujeres tienen que ser más selectivas en sus parejas para garantizar la supervivencia y el éxito de sus hijos, mientras que los hombres pueden tener una estrategia reproductiva más promiscua. Sin embargo, en las sociedades monógamas, los hombres también tienen que ser selectivos en su elección de pareja para garantizar la calidad de su descendencia.