100. LOS NIÑOS RECUERDAN LAS OFENSAS

[Historia que podría ser tan real como la vida misma]

«Una vez un niño meó encima de un chico que iba a ser el jefe de la mafia gallega. Treinta años después a ese niño lo despidieron de su trabajo, su mujer fue seducida por otro hombre y se divorciaron, sus hijos fueron influenciados para meterse en el consumo de drogas, y a él nadie le daba trabajo ni querían que diera clases de su especialidad. Tuvo que marcharse del país. El jefe de la mafia gallega movió sus hilos y destruyó su vida. El que fuera niño agresor se metió con la persona equivocada del modo equivocado, aunque fueran unos jovencitos».

Ya hablé de las enemistades de la infancia. Pero también están las ofensas que se les hacen a los niños. Nos puede parecer que por ser niños no pasa nada por aprovecharnos de ellos, insultarlos, castigarlos, hacerles daño. Pero los niños crecen, y un buen día ya no son niños, son hombres y mujeres, y saben usar las armas de la sociedad y de las relaciones personales para localizarnos y ajustar cuentas con nosotros, destruyendo todo por lo que luchamos. Es el ajusticiamiento social retroactivo. Lo sano es intentar averiguar qué clase de persona es ahora el agresor, por si no merece la pena hacerle daño. Pero si desagrada cómo es en el presente, el ajusticiamiento social es algo indicado como apropiado.