107. CONFIANZA BASADA EN HECHOS
[El colmo de las exigencias. Ni Dios exige tanto]
«¡Confía en mí! ¡Porque te lo digo yo! Me estás ofendiendo. Si yo te digo que confíes en mí, que calles la boca, no digas nada, y que no te puedo contar lo que pasa, tienes que confiar en mí. Si no confías en mí es que no me quieres. Si me quisieras confiarías en mí siempre, pasara lo que pasara».
Hay quien exige que tengamos confianza en ellos. Eso se puede hacer con alguien conocido una vez, pero no con desconocidos. La confianza se basa en hechos demostrados, se edifica poco a poco. Cuando correspondemos a los acuerdos comienzan a confiar en nosotros. Cuantas más y de mayor envergadura sean las interacciones satisfactorias mayor confianza. La fe ciega es locura. Desconfiamos de quien nos exige confianza ciega, y si son desconocidos desconfiamos por completo.