108. MALEVOLENCIA

[Esta persona es una ilusa bienintencionada que desconoce la realidad humana y social del mundo. Sus buenos deseos no van a cambiar a toda la gente, porque hay alguna gente que no cambia. Bueno, sí, para peor]

«La gente es buena. Puede haber gente equivocada, pero la gente es buena. Y si la tratas bien, te tratan bien. Puedes confiar en todo el mundo».

La malevolencia es tan real como la benevolencia. En todos los ámbitos en unas escalas o en otras encontramos siempre malevolencia. Las cosas insignificantes no nos importan, tenemos nuestra fuerza de voluntad para superar esos pequeños baches sin sufrir inconveniencias, pero cuando algo nos hace daño, no lo toleramos. Si es un error o malentendido, actuamos con precaución para aclarar las cosas. Pero si hay intencionalidad, cortamos la situación de raíz y castigamos a todos los que participaron en ella con justicia social. Si no se nos respeta por amor, que se nos respete por temor. Pero no permitimos que se nos pierda el respeto, porque sin él no hay estatus social y la gente comienza a atacarnos. Jamás encontraremos apoyo para nuestras metas sin respeto. Como dice la canción: «Vuela alto, vuela alto, no seas gaviota en el mar. La gente tira a matar cuando volamos muy bajo». Los que tenemos que disparar somos nosotros para defender nuestros intereses y objetivos de la gente que nos envidia, de la que se cela, de la que nos odia, y deportivamente de la que quiere rivalizar con nosotros. Cuando usan malevolencia real, esa gente no tiene derecho a la benevolencia, usamos la maldad en su contra. Porque ellos con la maldad consiguen posiciones ventajosas, se deshacen de competidores, alcanzan éxitos, consiguen méritos y popularidad. Y cuando te das cuenta, tienen poder sobre ti.