109. PROTEGER DEL DOLOR
[Persona que está a punto de someterse a uno de los daños emocionales más graves de su existencia]
«Eso no es nada, yo puedo con todo. ¿Ves? Ni siquiera deja marca. Ya me encargo yo de toda esta catástrofe del campo de batalla. De llevar a los heridos, de enterrar los cadáveres, de tranquilizar a los que sufren… No tengo ni un rasguño. No pasa nada, ni me va a afectar en nada».
Nos protegemos del dolor físico y emocional. Cuanto más dolor padecemos, más enfermos nos ponemos. Es importante proteger a los niños de accidentes físicos y del dolor que suponen las pérdidas de seres queridos, animales u objetos que valoran. Son heridas que los marcan. Con todo esto, lo que más protege del dolor es el placer. La felicidad, la alegría, las experiencias estimulantes, las sensaciones deliciosas, las cosas que nos agradan, curan los efectos del dolor. Por eso buscamos placer en nuestras vidas, no sólo placer físico sino también emocional e intelectual. Así mantenemos elevada nuestra energía, proporcionándonos fuerzas para encarar el cumplimiento de nuestras metas.