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Jason AldreySuperadministrador
118. JUZGAR CON SENTIDO COMÚN
[Buenista que piensa que en muchos casos el mal comportamiento se debe a una mala vida. Pero no cree que en otros se deba a la actitud malévola de las personas]
«No hay tal malevolencia, son accidentes fruto de la ignorancia de las personas. No es intencionado».
Hay que evaluar los hechos, los perjudicados y los beneficiados, las intenciones, las intervenciones o influencias de otras personas, e indagar si lo que sucedió está integrado en una planificación intencionada.
Hay quien hace daño emocional, psicológico y a la energía vital de las personas, y fingen que fue un accidente, consiguiendo que les perdonen. Pero el daño queda hecho. De este modo la gente malintencionada, se aprovecha de la buena voluntad de las personas, de su benevolencia e ignorancia, de su miedo a sentir ira u odio demostrándolo públicamente, a perder el autocontrol, y de su cobardía a enfrentarse al agresor o denunciarlo por miedo a una represalia. Este coladero de iniquidad sin ajusticiar está a corroer los pilares de las sociedades menguando la confianza de las buenas personas, mangoneándolas, aprovechándose de ellas por ser benévolas sometiéndolas a injusticias. ¿Qué hacer con estas personas aprovechadas e injustas?
Sólo cabe una solución. Concienciar a la sociedad de que existe esta deshonestidad y malevolencia. De que cierta gente y grupos están sacando beneficios de estos manejos para abusar de las personas y obtener posiciones mediante psicoterror, acoso y humillación social. A continuación, recabar pruebas mediante testigos anónimos para animar la cooperación en un buzón de correo para las denuncias. Tercero, someter a los acusados a una auditoría y examen de la historia de su conducta en la sociedad entrevistando a todas las personas que se relacionaron con ellos, en un proceso judicial exhaustivo. Cuarto, estar vigilantes y atentos a todas las personas que intervienen o interceden a favor de los acusados, o ponen pegas, o excusas, u ocultan nombres de personas para que no las entrevisten alegando que marcharon de la ciudad, o que están enfermas o murieron. Porque pueden ser y probablemente sean cómplices del agresor. Por lo tanto, se debe investigar también sobre ellos extendiendo la auditoría al entorno social de los denunciados. De esta investigación saldrán diversos resultados: gente culpable, gente implicada encubridora, gente amedrentada que guarda silencio, gente inocente, y víctimas que anteriormente eran inocentes y benévolas pero que fruto de los ataques emocionales endurecieron su carácter llegando a adoptar comportamientos aparentemente culpables hostiles a los agresores, pero que moralmente están legitimados en justicia para compensar el daño que recibieron. Se debe ajusticiar pública y ejemplarmente a los verdaderos culpables y a su red de colaboradores.
Las motivaciones de la gente malévola son casi siempre las mismas que las de la gente benévola competitiva, no significa nada. Obtener poder e influencia y un estatus dominante. La diferencia estriba en que la gente malévola consigue sus objetivos a base de destruir a las personas, a su voluntad y sus objetivos vitales, sin compensarlos de ningún modo, y sometiéndolos a una psicodependencia y esclavitud emocional y moral.
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