124. NOSOTROS COMO DIVINIDAD
[Persona desinteresada de los demás]
«Yo no tengo responsabilidad ninguna, hago lo que me da la gana. Y si a alguien le molesta es su problema. Y los demás que se busquen la vida, como yo. A mí nadie me regaló nada, ni pienso hacerlo yo».
Imaginemos que nosotros somos Dios, y que toda la humanidad son hijos nuestros y que tenemos que cuidar de ellos. ¿Cómo haríamos? Esa es la actitud. Responsabilizarnos por todos como si nosotros fuéramos Dios. Sin esperar a que Dios haga nada. Lo hacemos ya nosotros, que Dios se ocupe de otros asuntos más importantes. ¿Te parece mucho trabajo y responsabilidad? A Dios también, y nosotros no ayudamos. Si echamos una mano todo va mejor, exista o no exista Dios, seamos nosotros o no. Pero desde luego jamás perderemos de vista la importancia de mirar también por nosotros. Ya que, si nosotros estamos bien y en una buena posición, nos resultará más fácil aportar valor.