PRESTIGIO HUNDIDO. HELLO ENGLAND!

Ya no confiaba en el mundo de los vulgares mortales después de la experiencia espiritual que viviera, que no os voy a contar. Mi padre, gallego en la emigración, vino de vacaciones un mes por primera vez en cuatro años. Estaba bastante enfermo del hígado, porque bebía mucho, tenía la piel amarilla. Así que le dije si podía ir a vivir con él a Inglaterra un tiempo. Así lo ayudaba a curarse, y yo me alejaba de todo el panorama que se montara. A mi padre le pareció buen trato, así que tomamos un avión para el Reino Unido, un día justo antes del hundimiento del petrolero Prestige en las costas de Galicia.