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Jason AldreySuperadministrador
18. MENTIRAS
[El colmo de los colmos. La verdad nunca se cuenta si va a resultar en daño. Y el bien nunca se hace si va a resultar en beneficio para la maldad. Porque hacer bien al mal, y mal al bien, es como confundirse y llamar bueno a lo malo y malo a lo bueno. Parece complicado, pero no lo es. Tanto el bien como el mal se pueden usar para el bien o para el mal. Y el bien sólo lo usaremos cuando repercuta en bien. En caso de duda es mejor la omisión antes que fortalecer a gente malévola, revelarles verdades o darles ventajas]
«Hay que decir siempre la verdad. A los enemigos hay que decirles dónde guardamos nuestras cosas de valor y dónde están las llaves de la caja fuerte, porque mentir está mal. Sólo faltaría, que me llamasen mentiroso. Mejor perder todo lo que tengo y poner en peligro a toda una nación antes que contar una mentira a un educado criminal bien vestido».
La honestidad con las personas que apreciamos y pensamos cooperar es importante. Pero aun con ellos tenemos que ser prudentes con las verdades que les confesamos. Las amistades un día se vuelven enemistades, y las enemistades en amistades. Por eso, ni los amigos muy amigos, ni los enemigos muy enemigos. Con las personas que detestamos, o por rivalidad, nos mantendremos neutros, o bien, empleamos desinformación a mansalva. Porque toda la información de ti mismo le permite acceder a tu realidad, medir tus capacidades y defectos, los de tus aliados y organizaciones y modelarte imitándote con un esfuerzo mínimo, y con la energía que les sobra, superarte en tu propio campo, en tu propia fortaleza. Con esa gente hay que decir pocas cosas y del revés. Las personas que quieren hacer daño o rivalizarte te dan licencia moral para mentirles, y ser deshonestos y miserables con ellos. Sólo faltaría que te estuviesen mintiendo, traicionando y destruyendo tu vida, y que tú les facilites las cosas dándoles las facilidades que necesitan, sería de estúpidos. Nosotros vamos en serio. Mentimos y somos deshonestos como táctica de combate. Y he hablado mucho de principios, valores y ética, pero eso es con la buena gente y si ofrecen garantías, porque si son inocentes e ingenuos cometerán indiscreciones. Incluso en el mundo de Disney hay malvados y rivales. Vivimos en una realidad amable y hostil al mismo tiempo, y no hay una ética válida para todas las situaciones, hay por lo menos dos según la intencionalidad positiva o negativa de la otra persona, y tenemos que hacer balance entre las dos a cada instante con cada persona y momento, y evaluar además el conjunto. La bondad no puede vencer a la maldad, porque no ataca. Sólo cuando la bondad usa maldad contra la maldad, es cuando la maldad reformula su actitud y puede volverse cooperadora. Y quien dice maldad dice también rivalidad o justicia. Quien aspira a quitarte el puesto de trabajo no es malvado, simplemente compite. Y quien te hace un daño intencionado legal no se le aplica la ley del estado, pero se le puede aplicar una justicia social. Pues compitamos hombre, luchemos. Como en una partida de póker, juguemos las cartas.
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