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Jason AldreySuperadministrador
23. QUE TODOS GANEN
[Persona que no se valora a sí misma, ni se considera merecedora de cosas valiosas en la vida]
«A mí me vale con que ganes tú y verte feliz. Lo importante es participar. ¿Quieres un riñón? Te lo doy».
El punto de encuentro de la sociedad es el beneficio mutuo. Si todos salen ganando la cooperación es más probable. Pero si bien es de tontos pensar que todos son más tontos que nosotros, también es de tontos pensar que todos son más listos que nosotros. Si eres más listo que otra persona está bien que saques ventaja. Lo mismo que si eres más rápido que otra persona está bien que corras más que ella, o si eres una chica guapa, que uses tu belleza para conquistar al hombre que os interesa a las dos. Los que son mejores que nosotros también hacen lo mismo con nosotros. Lo expresaré con un ejemplo.
En un experimento se daban 100 euros en billetes de 10 a una persona, y tenía que hacer un trato con otra. Si la otra persona aceptaba el trato, quedaban los dos con el dinero según el trato. La mayoría de las personas ofrecía un trato de 50 euros para ti y 50 para mí., y aceptaban casi siempre. Algunas personas ofrecían el trato de 60-70 euros para mí y 30-40 para ti, apurando el rendimiento y beneficio astutamente sobre la otra persona, y aceptaban bien, aunque no les gustara. Y una minoría ofrecía el trato de 80-90 euros para mí y 10-20 para ti. En este caso había quien aceptaba el trato muy enfadada, pero por lo menos ganaba dinero. Pero una cantidad considerable de gente se negaba. Prefería perder el dinero y no ganar nada antes de que los humillaran de ese modo. Lo que viene a significar este experimento, es que la actitud explotadora está presente en nuestra sociedad, y que suele funcionar. Porque la gente cede ante ella a cambio de un beneficio mínimo, y son pocos los que declaran su enemistad si no cometes el error de abusar de ellos injustificadamente. La conclusión es que, si no te importa que haya una porción de personas que se molesten contigo, gente que no significa nada para ti, puedes explotarlas, porque probablemente harás más negocio y no se enfrentan.
Otra cosa es si pretendes establecer unas relaciones continuas con esas personas o tener vínculos sociales con ellas, cooperaciones satisfactorias que inciten más de una forma reiterada y duradera. En este caso negocia un porcentaje adecuado con el que la otra persona se vea interesada en nosotros como socios. Porque, aunque perdamos beneficio puntual, la suma de beneficios reiterados lo compensa con creces. En estos casos conviene ofrecer más, e incluso llevar la porción menor en el trato.
Ninguna de las dos opciones es óptima. Lo óptimo es utilizar un método en unos casos y otro en los otros. Esto es evidente sobre todo en las relaciones económicas. Es la típica frase de: «La amistad es la amistad, pero los negocios son los negocios. Y la vaca por lo que vale». Tan real como la vida misma. La economía es para ganar dinero. Si no, no es economía, son otras cosas e intereses. Pero también se pueden aplicar estas dos situaciones en el caso del bien y del mal. Cooperar con el bien de forma prolongada y beneficiosa para todos, y en último caso con el mal, exprimiendo la negociación puntual hasta los huesos.
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