29. FINANCIACIÓN

[Persona idealista que tiene la creencia de que tener la razón y conocer la verdad le permitirá tener poder para llevarla a la práctica. Error. Las personas somos territoriales, buscamos dominar por instinto. Los dominadores del planeta no permitirán que les pisen ni un solo metro de territorio. Es más probable ser destruido cuando se posee la verdad, que conseguir el éxito si no perteneces a ningún clan u organización que te proteja]

«No entiendo, tengo los planes perfectos, pero no doy conseguido que las cosas salgan adelante. La gente no me hace caso, no quieren ayudarme, no me apoyan. En cambio, el estirado de Carlos, hijo de un millonario, compra a todo el mundo para que les hagan las cosas. El mundo es injusto. Si tengo buenas ideas la gente tenía que inclinarse a mis pies, y eso que se las he contado todas a mis jefes».

No tener dinero no es excusa. Un plan bien elaborado, sea cual sea, que repercuta en algún beneficio económico, social, de prestigio, artístico, o de alteración del valor de las cosas, lugares y entornos, tendrá siempre quien esté dispuesto a invertir en él. Entidades bancarias, prestamistas, familiares, particulares, negocios, empresas, subvenciones del estado, fundaciones, microfinanciación, organizaciones, mecenas, etcétera. Si está bien planeado se encuentra la financiación. Pero hay que ser claros y pragmáticos, sin revelar detalles clave. Porque las mismas fuentes de financiación, miembros de otros clanes, te pueden arrebatar los planes.

Otra situación es que te estén bloqueando. Si no perteneces a ningún clan con poder que te proteja, y vas por libre, hay personas en tu entorno con intereses opuestos a los tuyos, o con una clara y marcada rivalidad hacia ti. Se estarán informando a través de tus amistades, de las amistades de tus familiares, de los vecinos y conocidos, adquiriendo conocimiento sobre tus intereses, y si no les conviene lo que haces te ponen obstáculos. Correrán la voz de que lo que pretendes no tiene sentido, que es una mala idea, que no le va a interesar a nadie, que te fijes en otras cosas, que supuestas estadísticas inventadas o parcialmente sesgadas dicen que este mercado o nicho va de capa caída, en fin, montones de malos estímulos para decepcionarte, apagar tu vitalidad y energía, perturbarte y hacerte cambiar de opinión sin intentarlo siquiera.

Ya lo vengo diciendo, esto es una puerta giratoria de dos direcciones. Ellos te lo pueden hacer a ti, pero tú también a ellos. En mi caso yo estaba rodeado por seis o siete personas que me hacían la cama, o cerraban la boca mientras otros me la hacían, para que cayera en la trampa y no saliera adelante ni destacara a mi nivel, por encima del de ellos. Imaginaos la situación, la gente de mi entorno estaba machacándome todos contra mí, alternándose por turnos. Unos directa y conscientemente, y otros indirectamente influenciados por opiniones de autoridad de los más populares del grupo a los que creían sin cuestionar nada. Otros, los más débiles e intimidados, se mantenían neutros, pero al final eran cómplices silenciosos. La gente buena jamás se acercaría a mí, aunque quisieran, estando rodeado de semejante manada de hienas. Y ya me lo tiene dicho gente quince años después, que yo estaba rodeado de malas amistades. Y no lo sabía porque era un ingenuo y el pensamiento de maldad era inconcebible para mí, no se me pasaba por la cabeza imaginar una realidad así. Por lo tanto, ni siquiera era consciente de que era posible. Sí, así de tonto era yo. Por mucho que diga el refrán «dime con quién andas y te diré quién eres», os aseguro que yo no era como ellos. Que yo sepa ninguno de ellos es como yo, no tienen un cociente de inteligencia emocional de 173, ni de inteligencia lógica de 194. Así que el refrán falla. Eso sí, fui influenciado negativamente por ellos y ellos positivamente por mí, porque exprimieron mis cualidades, conocimientos y virtudes para su provecho, y se aprovecharon de mi prestigio social saliendo beneficiados como “amigos de…”, y por tanto “gente de valor” por tener mi amistad unidireccional.