UNITED RELIGIONS [UR]

Alfonso me llevó a casa en el coche y por el camino me preguntó: «Tú no pertenecerás a una religión rara de estas, ¿no?». Y yo le dije la verdad, que hasta aquel momento no. Pero en ese instante me di cuenta de que había gente que sabía de mi interés espiritual, y que formaba realmente parte de mi inquietud por lo trascendente. Todo debido a aquella visión que tuviera años atrás que duró tres días. Y fue ahí, en ese momento cuando me tomé en serio la decisión que iba tomar un tiempo después. Dedicarme exclusivamente al estudio de la espiritualidad por una buena temporada. Una fantasía que tenía era que algún día hubiese algo parecido a la organización de las Naciones Unidas, pero para religiones. Algo así como UR «United Religions», que unificara lo que tienen en común todas las religiones y creencias de La Tierra. Era una utopía mía, y espero que de más gente. No sé si alguien me lo notaba, tal vez se daban cuenta de que leía libros extraños, revistas raras, y visitaba páginas web y foros desconocidos para la mayoría.

Crecí en el catolicismo y en él descubrí los valores del nuevo testamento y el ejemplo de Cristo. Leyera casi todo el antiguo testamento y conocía la historia de los judíos. Leyera montones de revistas de los testigos de Jehová, las revistas «Atalaya» y «Despertad». Un librito de la iglesia evangélica me cambiara la vida. El ejemplo de Buda y la práctica de la meditación zen permitieron encontrar en mí, mi centro como persona. La literatura New Age me hizo soñar con un mundo regido por los sentimientos además de por el pensamiento. Con los mormones descubriera el significado de sentirse identificado con nuestra parte espiritual, lo que ellos llaman sentir el espíritu santo. Con los anglicanos en Inglaterra aprendí tolerancia religiosa. Con los scientologysts aprendí a enfrentarme a las dificultades de cara para sobrevivir. Con el sincretismo yoruba aprendí que hay diferentes manifestaciones de la realidad que nos afectan a todos nosotros, como en el caso de los santos católicos o los devas hindús, que detallan situaciones específicas de la vida. Con la teosofía descubrí a la jerarquía iluminada que protege y trabaja por La Tierra y sus habitantes. Con el sintoísmo aprendí que todo está vivo, y todo siente. Con el islam aprendí a sacrificarme a mí mismo por lo que es importante en esta vida, por mi gente y por mis creencias. Del paganismo celta, wicca, asatrú y de los panteones nórdicos, griego y romano, aprendí de los ciclos de la naturaleza, y de su importancia y efecto en los seres vivos y las personas. De los textos sumerios conocí el origen de todas las religiones del libro y nuestra posible vinculación divina o extraterrestre –es de idiotas pensar que somos los únicos en este universo-. De los egipcios aprendí de una realidad de artefactos místicos, con una tecnología que supera a nuestra técnica primitiva actual. Del opus dei aprendí sobre su gran Obra. De los masones su edificación de una estructura social basada en la liberta en lugar de el monodogmatismo, con una visión más universalista. De templarios, rosacruces, rosacrucianos e illuminati, la preservación de conocimiento sagrados desde tiempos milenarios que aguardan el momento de ver de nuevo la luz. Del gnosticismo la trascendencia espiritual de la humanidad a nivel cósmico. Del Tao aprendí el poder de la acupuntura intelectual, emocional y espiritual. Del esoterismo, las leyes de la ciencia que la ciencia no quiere reconocer, pero que la mecánica cuántica está atisbando. De la ciencia, las leyes con las que opera la realidad, tanto a nivel cósmico con la física teórica, como a nivel microscópico, con la cuántica. De la filosofía descubrí que nada humano nos es ajeno, ni lo bueno ni lo malo. De la psicología que podemos reprogramar nuestra mente, corazón y cuerpo. Y del fenómeno OVNI, que existen personas, familiar, clanes, sociedades, culturas y civilizaciones más allá de nuestro planeta, de los cuales quizás tengamos vínculos de sangre. Y entre esas y otras cosas más, yo sé que todos me aportaron cosas, unos más, otros menos, porque no domino ni la mitad de todo eso, pero iluminaron mi entendimiento. No son todos falsos ni todos verdaderos, son diferentes visiones de una misma realidad unas más amplias, otras más condensadas, unas más simples, otras más ricas y complejas. Y el sentimiento e interés por estas cosas me acompañará toda la vida. La búsqueda de una unificación para todos ellos, UR, United Religions. Era agosto de 2005, quedara sin trabajo, y dediqué los siguientes años prácticamente en exclusividad a la búsqueda espiritual en una vida semicontemplativa.