TEST A DIANA

Mientras tanto seguía con mi relación con Diana. Vivíamos juntos a medias entre A Coruña y Lugo por cuestiones de trabajo de ella. Comencé a hablar de cosas espirituales que me gustaban. Al principio parecía interesada, pero luego de un tiempo su interés declinó. Le hice algunos test básicos: «¿Te gustaría casarte algún día?». Y dijo que no. Entonces le pregunté: «¿Y tener hijos?». Y me dijo que tampoco, que aborrecía a los niños. Yo no le veía mucho futuro a la relación por muy entusiasmada que se mostrase ella. Pero claro, esa era mi opinión de aquella. Hoy en día yo tampoco lo tengo claro. Pero por motivos diferentes que ella, porque en el fondo, me gustaría.

Fue entonces cuando me di cuenta de que seguía teniendo contacto con su exnovio. Y le dije: «¿Pero sigues hablando con tu exnovio?». Y me dijo que sí. Por lo que sé de normar de etiqueta social, cuando una pareja rompe, deben cortar vínculos, devolverse los objetos y repartirse las amistades. Todo eso para preparar y favorecer la estabilidad de una nueva relación. Porque si sigue habiendo vínculo entre la expareja es perjudicial para la nueva, aunque lo que sucedía iba a favor de mis intereses. Estaba rodeada de regalos de su exnovio, de recuerdos, lo seguía llamando, escribiéndole mensajes. Y el día que me contó que quedara con él, tuve la excusa perfecta para cortar con ella. Una mujer así no vale para una relación. Pero fue estupendo por otros motivos más crueles. Corté con ella por diferencias de caracteres. Y más adelante explicaré unas cosas sobre esto.