35. 24/365 – 24/366

[Persona que no es consciente de que cuando completamos una cosa, surgen otras que no preveíamos por no estar preparados]

«¡Uf! Tengo una cosa pendiente que hacer. Ya la haré otro día, voy a ver la televisión un año más».

La competición con la sociedad y con la vida es las 24 horas del día, los 365/366 días del año. Estamos constantemente entregados a la acción, evaluando las situaciones y los resultados de nuestras acciones y los de las personas del entorno. Lo evaluamos todo: comportamiento, actos, rutinas, hábitos, impulsos, virtudes, defectos, prejuicios, procedimientos, patrones de conducta, pensamientos, posturas, gustos, objetivos, etcétera. El análisis inicial requiere más esfuerzos, después sólo son seguimientos. Esto lo hacemos toda la vida y lo perfeccionamos, para identificar las cualidades de las personas para saber cómo tratar o no tratar con ellos.

También a las cosas. Si algo cuesta 24,99€ en un sitio y 25€ en otro, lo compramos siempre que sea posible por 24,99€. En cada cosa buscamos el rendimiento y beneficio máximo. No importa que no resulte relevante o intrascendente. Lo que es trascendente es la actitud que desarrollamos al adoptar este comportamiento. Ya que nos permite adquirir el hábito de optimizar. En el instante en el que necesitemos elaborar un plan para actuar, estamos capacitados para seleccionar cantidades, cualidades, en los mejores sitios, a menores costes y en el menor tiempo, porque entrenamos constantemente para obtener esa destreza. Es en esas ocasiones en las que gracias a nuestra habilidad los beneficios son de gran envergadura, desmarcándonos de los demás, y pudiendo encontrar negocio rentable donde otros sólo tienen pérdidas. Es un método de preparación para competir.