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Jason AldreySuperadministrador
36. FORMAR A LA GENTE
[Persona que no es consciente de que el factor ‘gente ajena’ va a interponerse en nuestros planes y metas, y que, por nosotros mismos, sin una organización o clan que nos defienda, difícilmente alcanzaremos lo que deseamos]
«No hace falta formar a la gente. Ya aprenden solos. Los pájaros aprenden a volar. Los leones aprenden a cazar. Los elefantes aprenden a jugar en el barro. Y las personas aprenden carreras universitarias, se hacen millonarios y son felices, también por generación espontánea».
Una persona afín es un tesoro que hay que conservar. Tenemos el deber de formar y poner a funcionar en metas convergentes con la nuestra –no en nuestra posición, no queremos que nos suplante-. Y cuando esté lista reclamar su colaboración. No les debemos enseñar todo, los formamos parcialmente, de tal modo que dependan de nuestras capacidades. Así garantizamos que acudan a nosotros y negocien con nosotros, beneficiándonos mutuamente, ya que sin nosotros no tendrían su formación y además aseguramos la interdependencia para contar con su servicio, como pago por la formación que le damos. La gente es muy avara emocionalmente y desagradecida, si les enseñas o entregas toda la información, te abandonan porque ya no le interesas. Buscan otras cooperaciones rentables para ellos, y nada garantiza que seamos nosotros ni que nos repercuta de vuelta el beneficio de la inversión educativa que hicimos en ellos. Por eso, cuando ayudamos y esperamos una retribución, no hay que esperarla, hay que exigirla, entregamos formación parcial de tal modo que, si no tiene lugar la cooperación, nuestra ayuda no tenga efecto. Si la educación que prestamos, la estamos cobrando, entonces, en principio, no tenemos nada que reclamar.
Con esto nos damos cuenta de que en ocasiones no se nos proporciona la verdadera formación. Se prolonga nuestra formación indefinidamente para garantizar nuestra dependencia, y asegurarse ellos unos ingresos, servicio y dominio. A veces es preferible pagar un alto precio en educación de calidad, de corta duración, pero intensiva, que nos ofrezca toda la información relevante de golpe. Sin perder meses o años con conocimiento a cuentagotas, de modo defectuoso o parcial para generarnos dependencias. La formación de pago proporciona el conocimiento en gran medida. La formación gratuita, suele limitar el conocimiento, prolongar el período de enseñanza, y a generarnos servidumbres interesadas.
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