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Jason AldreySuperadministrador
42. ALIADOS
[Es buena cosa mirar por quien mira por ti. Podría molestarse por tu frivolidad y desagradecimiento y pasar a retirar todo lo que te ofreció, y además ir en tu contra. Es de bien nacido ser agradecido]
«Los aliados son conocidos como cualquier otro. ¿Por qué tendrían que ayudarme en nada si yo no pienso mover un dedo por ellos? Es más, aunque me ayuden no moveré un dedo por ellos».
Los aliados son personas afines a nosotros o a otros miembros de nuestro clan. Son directos si son amistades nuestras, o indirectos si nos relacionamos inicialmente a través de la intermediación de otra persona. Los indirectos no llegan a ser amistades, pero son más que conocidos, porque compartimos vínculos sociales comunes. No debemos confundirnos y considerar que son vínculos directos nuestros, eso sería un error. Son vínculos de otro miembro de nuestro clan. Y en caso de conflicto se pondrán de parte de la otra persona, y no de nosotros.
En cambio, los aliados que son nuestras amistades son diferentes. Puede que tengamos afecto el uno por el otro, pero somos personas con intereses personales que tenemos que mirar por nosotros y nuestra pareja y metas antes que por nadie. Por tanto, hay una cordialidad, pero manteniendo las distancias de respeto de familias diferenciadas. La afinidad puede conducirnos a la cooperación, e incluso a la formación de equipos de trabajo, preparándonos para llevar a cabo planes en conjunto. Si son espirituales tenemos un comodín de garantía más. Pero si no lo son, y aunque lo sean, las personas más próximas a nosotros son las que más daño nos pueden hacer, aunque sean los que más te ayuden. Son las personas más parecidas a nosotros las que pueden rivalizar en nuestra contra. Sin duda de ellos vas a aprender muchas cosas.
Durante un período difícil de mi vida conté con el apoyo y amistad de Germán. Y él me enseñó una cosa de la que está impregnado plenamente el libro: «Gastar dinero sin que se note es un desperdicio. Si se gasta dinero, que se note». Fue el quien me llamó la atención. Porque yo había gastado docenas de miles de euros, sin saber en qué los gastara. Lo gastaba en consumir, no en adquirir o invertir. Al final quedaba sin ese dinero, pero no tenía nada a cambio, sólo el disfrute. Por eso me dijo que la gente no veía mi dinero, pensaba que era un don nadie y me despreciaban. Lo que me enseñó fue el «estatus como protección frente a la sociedad». Si invirtiese ese dinero, en lugar de en consumir, viajar o gastar, en cosas de prestigio social, objetos de poder social, la gente superficial me valoraría como persona, y no se atreverían a hablar de mi por respeto. Esas docenas de miles de euros tenían que haberse notado en algo físico con lo que remarcar un estatus social. Todo el aspecto del estatus y posición social es inspiración en las palabras de Germán. Y no es mi objetivo. Mi objetivo es la cooperación entre las personas, su entendimiento, el progreso de las familias y los clanes familiares. Desafortunadamente la sociedad es una jungla en la que hay que luchar. Por eso me centro en la justicia social y en el estatus de poder. Porque son armas imprescindibles para proteger a nuestra gente y aliados, permitir las cooperaciones en un entorno de seguridad y alcanzar nuestras metas.
De los aliados se aprenden grandes cosas. Quien menos podemos esperar tiene grandezas que enseñar. Toda vida, tiene un secreto de su éxito, y eso es la riqueza de este mundo. Pero mantener las amistades no es fácil, y menos si están lejos bajo influencias desconocidas.
La vida sigue y la lucha continúa y lo prioritario es nuestra seguridad personal, después la de la pareja, nuestras familias, la de nuestros clanes y la de nuestras amistades y aliados. Porque son nuestra realidad, una extensión de nosotros y nuestra vida. Y dependemos de ellos.
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