Viendo 1 entrada (de un total de 1)
  • Autor
    Entradas
  • #7100 Responder
    Jason Aldrey
    Superadministrador

    EL JUEZ

    Se acababan las vacaciones en Carnota y fui a visitar por penúltima vez a mi tía Florentina en Louredo. Allí me dijo ella: «Tú que estás tan interesado en la historia de la familia, te voy llevar junto a un hombre que es pariente de mi padre, tu abuelo Manuel el Riolo». Y yo fui todo intrigado. Y subimos por Louredo arriba y allí estaba un hombre mayor y me puse a hablar con él. Era primo de mi abuelo, y fuera jue en León. Venía de vacaciones a Carnota porque tenía una casa allí, era de la familia de los Riolos también. Me estuvo contando las historias de sus hijos, de cómo los estudiara a todos, y yo le conté lo del árbol genealógico de la familia, que estuviera investigando nuestros antepasados hasta principios del siglo XVIII, trecientos años atrás. Y sabía que los antiguos carnotenses eran druidas celtas, que para eso estábamos al lado del Olimpo Celta, el Monte Pindo, que era un lugar sagrado. E históricamente los druidas europeos hacían carrera de leyes para ser abogados y jueces, algo muy usual en el Reino Unido. Me quedé intrigado, pero no le dije nada. Se le veía mayor. Me sorprendió que una persona adinerada, con prestigio social, que podría ir de vacaciones a cualquier lugar del mundo, prefería estar solo, en una cada de una pequeña aldea de Carnota. Eso me hizo valorar más la tierra de mis antepasados.

    Y pensé que, si cada persona tiene dos progenitores, y ellos a su vez otros dos cada uno, y cada generación de antepasados multiplica por dos el número de personas con respecto a la posterior, tenemos que en veinte generaciones, el número de antepasados es de un millón de personas. Y veinte generaciones se pueden dar en unos quinientos años.

    Si yo tenía un millón de antepasados o más en Carnota, probablemente gran parte de las personas en treinta kilómetros a la redonda eran parientes lejanos míos, éramos todos familia. Desde luego, no eran un millón de antepasados, porque muchos de ellos ya eran primos, por lo tanto los padres y antepasados se repetían en muchas líneas. Eran muchos menos. Pero eso no quitaba que toda esa comarca eran mi gente, mi linaje y mi raza. Y yo estaba hablando con la persona de mayor prestigio que conociera que formaba parte de mi clan familiar.

    Entonces me acordé de algo que me dijera el cura. Que los archivos parroquiales de la iglesia de Santa Columba de Carnota, donde estaba el ayuntamiento, cuando fue la ocupación francesa, los soldados franceses destruyeron todos los archivos. Por lo tanto no quedaba constancia de los antepasados a partir de 1805 aproximadamente hacia atrás. Al juez le pareció muy extraño. Porque los franceses estuvieran también en San Mamede en una casa del lugar de Piñeiros y no destruyeran los archivos de esta parroquia. Seguramente había información sobre linajes nobles en Carnota, posiblemente del antiguo Reino de Galicia, o hablando un poco por especular, nobles extranjeros refugiados, o puede que miembros de alguna vieja orden como la de los Templarios. Desde luego, si los franceses destruyeron los archivos de la parroquia de Carnota fue porque había descendientes de alguien importante en toda esa comarca, y no querían que se supiese, ni que pudieran reclamar ninguna legitimidad o título.

Viendo 1 entrada (de un total de 1)
Respuesta a: 53. El juez
Tu información: