Inicio Foros LITERATURA Y ENSAYO BIOGRAFÍA DE JASON 60. Malas amistades: Judas

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    Jason Aldrey
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    MALAS AMISTADES: JUDAS

    En general, socialmente, como yo era distinto, dotado de inteligencia, y superdotado emocional, me gustaba leer libros –unos 450-, los ordenadores, el cómic –tenía unos 700 y leyera más de 1.100-, dibujar, etcétera, muchos chicos me dejaban de lado, y otros me tenían envidia, o simplemente me despreciaban. Era el caso de Judas.

    Judas era un chico alto leptosomático, de mandíbula pequeña que le resultaba gracioso a la gente por las tonterías que hacía, y no paraba de meterse conmigo porque yo hablaba de redes de internet, módems y BBSs, en 1992, cuando ni siquiera existían las páginas web. Y generó una corriente de burla en mi contra y desprecio a la informática, cosa que muchos de ellos siguen manteniendo. Era un chico que me resultaba asqueroso.

    Una vez ligué con una chica en Sada, y me contaron a la semana siguiente que él intentara ligar con ella. Ligué con otra chica de Barcelona, y él también intentó ligar con ella. Una vez salimos todos por la calle de la Barrera a tomar unos chupitos y yo tomé uno de mora. Llevaba una camisa clara y noté como Judas echaba miraditas furtivas hacia mí y se iba acercando de espaldas. Eso era porque había una chica rubia que nos gustaba a los dos. Le intuí las intenciones. E cuando hizo la primera arremetida de espaldas para tirar mi chupito de mora por mi camisa lo esquivé, y no sólo eso, sabía que lo iba a volver a intentar –no sé por qué lo sabía-, así que bebí el chupito de un sorbo. Y efectivamente volvió a arremeter de espaldas para rematar la faena haciéndose el tonto. Pero ya lo bebiera y yo me quedé mirando para él, feliz, porque ahora tenía una prueba, la evidencia personal de la intención de ese chico hacia mí, tras tantos años de sospechas y de recibir malas miradas y gestos suyos, por fin comenzaba a entender algo. Estaba despertando de mi inocencia. No era ignorancia, no era tontería, no, era odio, desprecio y malevolencia. No tenía que pasar con todos los demás, pero conmigo él era así.

    Me di cuenta también de que la mayoría de mis amistades estaban de su lado. Eran amigos suyos, no míos. Yo sobraba allí. Y fue cuando me alejé de esa panda de malas amistades. Era cuando estaba haciendo mi primer COU. Supuso un cambio en mi percepción de la realidad, y fue uno de los factores exógenos que condicionaron mi implosión depresiva endógena. No tenía amigos. Sólo amistades falsas. Un dotado genial no puede tener amigos. Me envenenan ruinmente, y se dedican sólo a vampirizarme y sacar provecho de mí, pero no les gusto ni me aprecian. Y aún por encima quieren llevar ellos los méritos, porque no permiten que destaque por encima de ellos, al contrario, se esfuerzan por hundirme.

    Judas, hijo de un guardia civil fallecido que no tenía culpa de nada; más Roberto, su amiguito del alma; Calígula, el que yo consideraba mi mejor amigo y que veinte años después me cuentan que andaba de un lado a otro de la acera; Nerón, mi segundo mejor amigo, el que vivía en la Avenida dos Caídos, pero que no era amigo mío sino de Calígula; Alejandro, que junto con los dos anteriores venía a la academia de informática Videorama; y muchos otros, todos falsas amistades, y en general mala gente conmigo. No lo puedo certificar por todos. Y yo, que andaba con ellos, el más tonto, perdido y desorientado de todos. Sin darme cuenta de nada durante años.

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