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Jason AldreySuperadministrador
7. PAZ
[Persona irresponsable y cobarde que piensa que la omisión de acción es bondad. Actitud socialmente peligrosa]
«No denunciéis a los malvados y mucho menos los enfrentéis. Haya paz».
La paz no existe más que para los muertos, y eso que sepamos. Hay guerra material e inmaterial, y debemos entender que, cuando hay intereses enfrentados, nos encontramos en una situación de conflicto, y en él vence el más dominante y poderoso, y no el que tiene la razón, aunque si se tiene es más fácil tener dominio, poder y apoyo. Normalmente no hay negociación cuando se saben superiores, tengan o no tengan esa razón. Y a menudo, aunque se desee negociar, cualquiera de las dos partes siente orgullo, o no le interesa por motivos privados, y no negocia.
Para mantener la paz y mantener los acuerdos conviene estar armado para la guerra. Esto es, que el otro tenga cosas importantes que perder si se enfrenta a ti, y que no le resulte rentable, eso disuade la violencia y los conflictos. La gente te valora y respeta por lo que tienes y vales, pero también por lo que puedes arrebatar o destruir con por tu poder y armamento social. Por lo tanto, un garante de paz es la ostentación de poder y símbolos de poder. Son una promesa de guerra, una amenaza velada subliminal, la cual nos hace pensar, antes de en ninguna otra cosa, en negociar o no enfrentarse. Las armas son herramientas de paz, disuaden, porque saben que van a perder más de lo que van a ganar, y eso es el pilar de la civilización, un orden impuesto por la fuerza.
En la antigüedad relativamente reciente todo era caos y delincuencia. Ladrones, asesinos, violadores, canibalismo, torturas, genocidios, injusticias por toda la faz de La Tierra. Pero los hombres de bien se organizaron formado un diminuto ejército que fue creciendo e impuso la ley y el orden por la fuerza y la violencia. Fue el surgir del estado de derecho, de los ejércitos, y de una sociedad protegida que amenaza a la maldad si se manifiesta, a base de castigo físico, prisión, penas económicas o la muerte. Y la sociedad, con los siglos, se fue amoldando y domesticando de su propio salvajismo.
Es la amenaza de violencia de las fuerzas armadas y policíacas, la que garantiza que las personas se mantengan civilizadas y que haya paz. Resulta contradictorio y paradójico que la violencia, como institución de defensa, y las fuerzas de seguridad sean garantes del orden, progreso, armonía y paz, pero tiene todo el sentido del mundo. Lo mismo que sucede a escala mundial con las naciones, a nivel social y a nivel individual. La gente nos agrede constantemente. Sólo cuando nos aman, nos respetan, o temen, podemos estar a seguros contra sus ataques. Por ello está la máxima de: “Si quieres paz, prepárate para la guerra”. Porque la paz no se otorga ni se regala, la paz se conquista por la fuerza, por las armas, con poder, con inteligencia y astucia. Y se mantiene estable a base de amor, educación, respeto y leyes justas.
La paz beneficia al estatus establecido de las personas que ostentan los puestos de poder. Por eso, los que están bien situados y viven bien siempre son partidarios de la paz, para que todo siga igual. En cambio, a la gente sometida, sin oportunidades, dominada, humillada, se la intenta convencer de que hay que mantener la paz, porque eso es de buenas personas, ético, moral y bla, bla, bla, lo cual tendría sentido si el sistema proporcionase oportunidades para todos. Lo que quieren en realidad es adoctrinar a la sociedad y domesticarla con su dominio, para no tener competencia, ni rivales, y que las personas no ambicionen prosperar y ser mejores que ellos.
En una sociedad injusta, la paz es un insulto y agravio al sentido del honor y de la dignidad. Es la intervención contra dominadora de la sociedad, en situación de injusticia, la que garantiza la extirpación de los hostigadores y acosadores sociológicos, para poner en su lugar gobernantes y líderes auténticos, e instaurar una verdadera justicia, una en la que el orden es legítimo, y no fingido e impuesto mediante manipulación, dominación y vendettas.
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