71. JUSTICIA DE LA CALLE

[Persona criminal cuya su supervivencia y poder en el entorno criminal depende de su prestigio y honor. En este caso es una persona con pocas luces, ya que hay formas y formas]

«¡Hay que matarlos a todos! ¡Venganza! ¡Venganza!».

La justicia de la calle es cruel y no es agradable ejercerla, no tiene nada que ver con la justicia social. Hay mafias sudamericanas que se dedican a prestar servicios de neutralización de personas. Por unos pocos miles de euros acaban con alguien. Me puse a pensar qué clase de persona contrataría sus servicios. Desde luego, personas deshonestas lo harían con relativa ausencia de remordimientos. Pero luego me di cuenta de una cosa. Hay personas deshonestas que dominan y tienen esclavizadas a buenas personas, e incluso a colectivos y organizaciones. Resulta factible que alguien desesperado acudiera a los servicios de las mafias y maras latinas para deshacerse de esos tiranos. No podía creerlo. Que una estructura criminal pudiese llegar a ponerse al servicio de fines subjetivamente loables, aunque en nuestros días son ilegales. Porque probablemente fue así como surgió el primer sistema de defensa y el primer ejército. El primer esbozo de civilización, gente pagando a guerreros para defender la justicia. Primitivo y brutal. Hoy en día no es necesario. Tenemos la ley y las fuerzas de seguridad protegiéndonos.

Pero hay mucho más. En el año 1996 un chico de Ferrol, del barrio de Caranza me contó que, en una población de Galicia, en un barracón del puesto había gente que recibía invitados en ese local. Tenían unos cuantos catálogos para los clientes. Mujeres de todas las razas para la trata de blancas, catálogo de precios de cargamentos de estupefacientes para enviar a cualquier parte de Europa y casi del mundo, y catálogos de armamento militar, desde ametralladoras y lanzacohetes hasta tanque blindados que te envían a donde tú quieras.

Clanes criminales de este tipo también existen, y si nos topamos con ellos no debemos hacer nada. Esto queda por encima del alcance de la justicia social. Entra dentro del ámbito de los clanes de poder institucionalizados que son los que tienen que luchar con ellos dentro del marco de la ley y las fuerzas de defensa del estado.

Además, en la Segunda Guerra Mundial, América tuvo que acudir a la ayuda de la mafia para organizar los servicios secretos de inteligencia, el ejército y la logística de la industria militar. Sólo pudo hacerse con la influencia y poder de la mafia, que desde entonces está enraizada en los clanes de poder americanos y mundiales. Porque mucho me temo que sin esta gente la civilización no podría sobrevivir. No es la gente buena la que mantiene el sistema en pie con su benevolencia y cobardía. Es la gente interesada en mantener el orden por un provecho personal la que lucha por mantener el orden, para que el comercio y los negocios sigan funcionando. No les interesa para nada una crisis política o social. Por eso es tan delicada su erradicación. Porque sin ellos, morimos en un caos de agresiones y sometimientos. Se acaba la sociedad tal y como la conocemos. Es un asunto muy delicado en que no me atrevo a teorizar demasiado, pero es evidente. A esa gente ni tocarla. Acudid a los clanes de poder institucional legítimo si tenéis alguna dificultad con ellos.