77. ARMAS DE BOLAS DE PINTURA

[Desafortunadamente, en ocasiones, hay enfrentamientos cuerpo a cuerpo con personas, nosotros o un aliado nuestro. Y tenemos que estar preparados para defendernos]

«¡Ay, Dios mío! ¡Son una panda de terroristas! ¿A dónde van con esas pistolitas?».

Quien se prepara para lo mejor, también se prepara para lo peor. Desde siempre hubo guerras físicas, que son las más cruentas y destructivas. Y si las estadísticas están en lo cierto, las seguirá habiendo. Por eso tenemos que prepararnos para una guerra, pero entrenándonos como en juegos de habilidad, como con las armas de bolas de pintura. Aprender a combatir uno a uno, hacer seguimientos, esconderse, esquivar, reaccionar con velocidad y frialdad, sin piedad. Hacer juegos en equipos, con escaramuzas, diferenciar a los aliados, tácticas de combate, estrategias, trampas, cebos. Todo eso se entrena para el caso de guerras o conflicto. Pero también se entrena para la guerra social. Porque el lenguaje de combate se puede usar para enfrentarse a personas que no esperan nuestra preparación. Con la complicidad de nuestro equipo entrenado de personas, los desorientamos, los despistamos, los aturdimos verbal o emocionalmente, sonsacándoles la información de tal modo que ni se den cuenta, etcétera. La guerra de guerrillas se aplica en el día a día. Y a altos niveles de estatus y responsabilidades es donde más falta nos hace, porque somos una presa apetitosa para los competitivos depredadores sociales.