79. ESCALADA ARMAMENTÍSTICA

[Hay gente que en caso de conflicto quiere sobreponerse a nosotros, sea como sea]

«Y tú más. Y tú más, más uno. Y tú mil más uno. Y tú un millón más uno. Y tú infinito más uno. Y tú infinito elevado a infinito más uno».

Hay personas que nos agreden y nosotros les devolvemos el golpe. Pero no lo aceptan como un acto de justicia, sino que se irritan en contra de nosotros, y vuelven a agredirnos otra vez, pero más fuerte porque buscan dominarnos. Y nosotros se lo devolvemos más fuerte, y luego ellos a nosotros, y así sucesivamente. Hasta que llega un punto en el que consumimos todos nuestros recursos y tiempo en sistemas de defensa y armamento, dispuestos a la mutua aniquilación, desatendiendo nuestras metas, que probablemente quedarán abandonadas. Esto se hace intencionadamente en los actos de acoso, para amedrentarnos, generarnos una inseguridad vital, paralizarnos, o hacernos perder nuestro tiempo y recursos de forma improductiva sin alcanzar nuestros objetivos, ya que algunos de nuestros rivales quieren que quedemos anulados e inhibidos como personas, junto con nuestros proyectos.

Nos defendemos ignorando los ataques, y cuando sean lo suficientemente fuertes, recabar pruebas y ponerlas en manos de la justicia. Otro modo de manejar la situación es averiguar sus intereses, y si es un rival y no un agresor, puede haber vía de negociación o alianza con él. Lo otro es más drástico, podarlos. Nada más alguien inicie un proceso de acoso, desprecio o minusvaloración pública de nosotros, atacarlo de un modo desproporcionado dentro de lo legal, para acabar con la cuestión. Es lo que se conoce como acoso a acosadores, o contraacoso. Un acto de justicia social.