83. MATRIMONIO

[Tipo de persona más abundante cada día. La gente se preocupa más por sí misma que por su relación]

«Yo me caso por el qué dirá la gente y nuestras familias. Pero en realidad sólo es un ligue largo y nada más. Si encuentro algo mejor me divorcio y cambio de rama… si es que me caso».

El matrimonio es un contrato legal entre dos partes, un compromiso con beneficios y obligaciones. Quien firma un contrato matrimonial con la intención de incumplirlo, ya sea civil o religioso, está cometiendo fraude como persona. Es una decisión seria que no se debe tomar con ligereza. Casarse con o sin amor no es lo relevante del acto. Si el amor definiese al matrimonio, estaríamos casándonos todos los años, porque el enamoramiento se acaba. No es sólo cuestión de amor, es una entidad socioeconómica llamada familia, con la vida de sus integrantes, y sus proyectos. Velar por ella, cuidarla, protegerla y proveerla de lo que necesita, disfrutando de las experiencias de crecimiento y superación en común, y de metas a nivel familiar. También es la obligación de responsabilizarnos de los descendientes. El matrimonio no es un capricho para pasarlo bien mientras dure, sino que es un compromiso, y una responsabilidad con las personas que cuentan contigo. Romper el matrimonio es destruir años de vida y las vidas de los hijos, y las relaciones interfamiliares y sociales. Para evitar que suceda eso lo que hay que intentar es casarse con la persona adecuada. Más vale conocer a la persona, ponerla a prueba, investigarla, y conocer sus metas en la vida, que ir dejando un rastro de relaciones infructuosas, no sólo personales, porque afectan a toda la familia y amistades.