84. DISCIPLINA
[Ahí está la cosa. Si tienes disciplina para adquirir disciplina, ya tienes disciplina]
«Es que yo no tengo disciplina para adquirir disciplina».
La disciplina imprime carácter y profesionalidad. Proporciona un progreso significativo. El mejor momento para adquirirla es en la infancia, de modo creativo. Orientándola al trabajo en general, más que a tareas concretas. Y cuando se encuentre la vocación, dedicarse a eso específicamente. La disciplina debe ser incómoda, un juego difícil, un reto, algo que es raro que hicieses gratis, una ambición de ganar, vencer, superar metas o a alguien, de impulsarte hacia adelante. Debe ser algo tan inconfortable que en cuanto acabes de hacerlo o final de cada día puedas sentirte tan feliz y motivado de poder decir: -¡Lo logré!-, que tengas deseos de continuar a por más.