EL VENEZOLANO

Así era yo con las chicas, inofensivo. A la mayoría no les importaban los novios de las chicas que les gustaban, ni nada de eso. A mí me importaba. Pero había otro chico en clase, Herodes el venezolano, que hacía las prácticas de empresa conmigo que parecía estar interesado en la Quilla, y que debió celarse de mí, no lo sé. De vez en cuando me hacía alguna jugada fea. Recuerdo que un día en clase insinuó que yo robara un paquete de folios a la profesora, cuando todos saben que de aquella yo sólo usaba una clase de folios que tienen una marca de agua que se ve al trasluz. Estuve a punto de decirlo delante de todos para que comprobaran mis folios, pero entonces tendría que acusarlo a él de ser el verdadero ladrón, y no me atreví, así que como ladrón quedé yo delante de todo el mundo. Otro día estábamos a hablar y le mencioné lo de que yo quería pagar por una mujer más o menos de lujo, para tener sexo con ella. Y él me dijo que si Tom Cruise se lo pidiese se dejaba mantener una relación homosexual. Hombre, por lo menos tenía buen gusto escogiendo a la persona, pero yo no me dejo hacer eso por nadie aunque sea un artista famoso. Y ahí fue ya el colmo, porque estando en la empresa de prácticas, nosotros, tres compañeros del curso, va Herodes, baja la cremallera y se saca su fláccido y asqueroso aparato delante de mí. Me cabreé, lo agarré por un brazo y se lo retorcí en una luxación de hombro apretando fuerte. Herodes era musculoso y aguantó durante un minuto largo la tensión, hasta que echó un pequeño gemido de dolor y paré inmediatamente pensando que se le iba a romper el brazo. Estaba Andrés el de Corcubión de testigo.

Estaba cabreado con ese chico, Herodes, pero sabía por qué hacía esas cosas, le gustaba la Quilla. Además íbamos a la empresa en su coche, y se me daba mal que aún por encima de llevarme gratis en su coche, tener que hacerle un show y hundirlo delante de todo el mundo, que ganas no me faltaban, y no lo hice de casualidad. Yo no estaba interesado en salir con la Quilla. La apreciaba, pero por aquel entonces tenía otras cosas en la mente. Había otra chica de clase que me interesaba, y también me quería centrar en el curso.

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